Diego Ortiz
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Entrarás a preguntar para apuntarte y lo primero que te dirán es que es un gimnasio enfocado a la "salud" y que por esa razón tienen reglas muy estrictas que deberás cumplir si no quieres recibir una llamada de atención. Desde mi punto de vista, algunas de esas reglas tienen sentido (no gritar/molestar al compañero de al lado) y otras son un sin sentido total (no podrás realizar menos de 7 repeticiones en un ejercicio, y no se puede entrenar fuerza, curioso, por otra parte, viniendo de un gimnasio. Literalmente escrito en sus reglas), pero en fin, la verdad es que cada cual tiene sus reglas y si las aceptas de antemano es de ley cumplirlas.
Sin embargo, lo que es menos aceptable es la altivez y prepotencia con la que te trata una de las personas que allí trabaja. En concreto una mujer rubia. Y siento mucho no conocer su nombre ya que estoy seguro que el resto de personas trabajando allí no son así.
Desde luego que las reglas de este gimnasio (algunas muy absurdas y otras no tan absurdas, hay que ser sincero) no me invitaban a apuntarme de primeras. Pero lo que me hizo decidirme a no inscribirme fue definitivamente la actitud de esta mujer. Sería de agradecer que cambiara su trato hacia clientes potenciales, sonriera un poco más y estoy muy seguro que redundaría en más clientes potenciales para el gimnasio.
Tras la contestación del propietario del gimnasio a la anterior reseña, no me queda sino responder:
Primero, hasta donde yo sé me atendió una mujer, por eso mismo he utilizado la palabra "mujer". Además, si mis ojos no me engañaban esa mujer era rubia, por eso utilicé la palabra "rubia". Si se lee usted detenidamente mi reseña, se dará cuenta de que indico claramente que no me sé su nombre, y de saberlo tenga por seguro que lo habría utilizado.
Ahora, usted me ha dicho lo que le parezco yo, déjeme que le diga lo que parece usted: Ese tipo de persona que lejos de aceptar reseñas negativas y críticas a su negocio e intentar mirarse el ombligo a ver si de verdad hay algo que se puede mejorar, su táctica es echar la culpa a los demás, descalificando. Eche un vistazo a las muchas reseñas negativas que tiene su negocio y se dará cuenta que una gran parte son hacia "la mujer rubia" que allí trabaja.
Por último, me gustaría señalar que dos días antes de este "incidente" ya había visitado el gimnasio, y una MUJER MORENA (y digo mujer morena porque NO CONOZCO SU NOMBRE)que allí trabaja, si no me equivoco, de profesora de clases colectivas, me atendió muy bien y me enseñó el gimnasio y las distintas zonas, explicándome de forma respetuosa y amable las reglas de su gimnasio. Por esa misma razón venía con la intención de ir directo a entrenar.
Como puede ver, hay gente que hace bien su trabajo en el negocio de usted, y se reconoce. La primera mujer me hizo volver y querer apuntarme, la segunda mujer me espantó al primer minuto de hablar con ella.
En cualquier caso, saque usted sus conclusiones, y disfrute de su altivez y prepotencia. Buenas tardes.
